Te recordaremos siempre!!!
A la memoria de Isabel Truffer
Hay personas que viven con tanta intensidad lo que hacen que dejan huellas profundas en los espacios que habitaron como con quienes se vincularon. Isabel habitó, construyó y sintió los lugares por los que transitó y lo hizo, claro, dejando su impronta singular de estar, proyectar y seguir pese a todo. “Su vida -además de su familia- eran las instituciones”, dijeron por ahí, y sí… Isabel apostó siempre a fortalecer las instituciones en las que participó y lo hizo desde el compromiso de aquellos que aman y comprenden el rol que tiene la producción de conocimientos para nuestras sociedades.
La Dra. Isabel Truffer concluyó su carrera siendo la directora del Instituto de Estudios Sociales de doble dependencia CONICET - UNER. Una ingeniera agrónoma atravesada por lo social, que apostaba por comprender las transformaciones agrarias desde una mirada híbrida e interdisciplinaria, propia de quienes no reducen la complejidad de lo social sino que apuestan por la multiplicidad de miradas ante los fenómenos sociales.
Situó sus deseos en la investigación, por ello se especializó en metodología de la investigación y acompañó a un sin fin de tesistas en sus procesos de indagación, siempre desde una mirada atenta, comprometida y respetuosa. Fue docente de las materias metodología de la investigación y sociología y extensión rural en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, desde donde emprendía la enorme tarea de generar pensamiento crítico y comprometido para problematizar el oficio de quienes acompañan la producción de alimentos. En ese camino también dirigió la Maestría en Educación y Desarrollo Rural.
Su tesis de doctorado selló su compromiso con los mundos rurales. Allí se preocupó por comprender las dinámicas de transformación en el norte entrerriano, algo que marcó su trayectoria. En 2016 compiló un libro de lectura imprescindible para quienes deseen indagar en la cuestión agraria de la provincia. En “La construcción del actual territorio agrícola entrerriano” da cuenta de los múltiples cambios acontecidos. Allí escribió: “Quienes atravesamos las últimas décadas del siglo XX en contacto con el campo entrerriano vimos cómo se transformaba el paisaje. La constante fue el cambio, a veces invisible y cotidiano, otras explosivo y violento. Nuevos cultivos desplazando a los viejos, campos desalambrados, molinos inmovilizados por las enredaderas, casas de nuevo diseño arquitectónico en el medio de potrero sembrado o en el pueblo silos gigantescos, familias campesinas desplazadas a la vera del camino, desmonte, entre otros, fueron parte del remolino modernizador”. En esta breve cita quedan manifiestas las sensibilidades de quienes con compromiso se inquietan para llegar a producir conocimientos con rigurosidad. En Isabel se conjugaba eso la rigurosidad de la información y la sensibilidad por comprender lo social, no por nada también advirtió: “pero quizás la mayor fuerza transformadora vino desde la palabra, desde el concepto”.
En uno de sus últimos artículos en la Revista Realidad Económica se preocupó por aportar una mirada que permita entender los datos que arrojó el último Censo Nacional Agropecuario de 2018, dando cuenta de la concentración de la tierra en la provincia. Lo escribió junto a su hija, demostrando su capacidad de transmitir el amor por el oficio y el trabajo académico.
La desvelaba generar mayor institucionalidad y sustentar el lugar del instituto dentro de la Universidad. En ese sentido, con profunda solidaridad acompañó los procesos de investigación y la inserción laboral de becarios y becarias, procurando su estabilidad y adquisición de derechos, comprendiendo que investigar es trabajar.
Quienes compartimos con ella el INES estaremos agradecidos por su dedicación, entrega y compromiso para conducir el espacio como primera directora.